Mi hija acaba de nacer, y como neopadre, estoy perdidamente enamorado de esta cosita chiquitina que hace mis días tan felices, de 7 AM a 23 PM de media, con varios sobresaltos nocturnos para aderezar.
En el futuro, cuando crezca, aunque no quiero ser uno de esos padres sobreprotectores que controlan cada aspecto de la vida de sus vástagos, si creo necesario dejar aquí unos apuntes generales de comportamiento frente a ese dilema al que todo padre de enfrenta antes o después: los chicos.
Por ello he compilado este decálogo, para tenerlo a mano cuando, dentro de 30 40 años, ella decida empezar a permitir acercamientos del sexo contrario.
Versión TLDR; para aspirantes idiotas
- Consigue un trabajo.
- Debes entender que no me gustas.
- Estoy en todas partes.
- Si la hieres, te hiero.
- Debes llegar a casa 30 minutos antes.
- Consigue un abogado.
- Si me mientes, lo descubriré.
- Ella es mi princesa, no tu conquista.
- No me importa volver a la cárcel.
- Cualquier cosa que le hagas, te la haré yo a ti.
Versión larga, para aspirantes imbéciles
Regla nº 1:
Si aparcas delante de casa y tocas el cláxon, será mejor que vengas a recoger un paquete, porque tan seguro como que existe el infierno, no recogerás otra cosa.
Regla nº 2:
No tocarás a mi hija delante de mi. Puedes mirarla siempre y cuando no sea fijamente y siempre por encima de su cuello. Si no eres capaz de mantener tus ojos y tus manos alejadas del cuerpo de mi hija, simplemente te los arrancaré.
Regla nº 3:
Estoy enterado de que la gente de tu edad considera muy moderno llevar los pantalones tan flojos que parece que se les vayan a caer en cualquier momento. Por favor no lo consideres como un insulto, pero tanto tú, como el resto de tus amigos sois completamente idiotas. Aun así, deseo ser agradable y abierto de miras acerca de este asunto, así que te propongo el siguiente compromiso: Puedes venir a mi casa enseñando la ropa interior y con pantalones diez tallas más grande, y no me opondré. Sin embargo, y para asegurarme de que tus pantalones no se bajan «accidentalmente» durante la cita con mi hija, te los aseguraré a tu cuerpo con una grapadora eléctrica.
Regla nº 4:
Estoy convencido de que estás informado de que en el mundo actual, el sexo sin usar «métodos barrera» de cualquier clase puede matarte. Permíteme explicarte este particular: hablando de sexo, yo soy la barrera, y sí: puedo matarte.
Regla nº 5:
Está comúnmente asumido que, de cara a conocernos mejor, hablaremos de deportes, política y otros temas de actualidad. Por favor, ni lo intentes. La única información que necesitas darme es la hora en la que traerás a mi hija de vuelta a casa sana y salva, y la única respuesta que procede y que espero oír de ti respecto a este tema es: «Temprano»
Regla nº 6:
No tengo duda de que eres un chico muy popular, con muchas oportunidades para quedar con otras chicas. Me parece muy bien, siempre y cuando le parezca bien a mi hija. Aparte de eso, desde el momento en que salgas con mi hijita, no saldrás con ninguna otra chica más hasta que ella decidida acabar la relación, cosa que hará, yo me encargaré. Si la haces llorar, yo te haré llorar.
Regla nº 7:
Si permaneces en la puerta de mi casa más de una hora esperando a que mi hija aparezca, no llores, suspires ni te pongas nervioso. Si quieres llegar a tiempo para la película, mejor no conciertes una cita con mi hija. Mi niña se estará maquillando, un proceso que puede durar un tiempo indeterminado entre pintar la Gran Muralla China y el que llevó a Velázquez pintar «La rendición de Breda». En vez de estarte ahí de pie sin hacer nada, ¿por qué no haces mientras algo útil, como cambiarme el aceite del coche y evitar mis miradas reprobatorias?
Regla nº 8:
Los siguientes lugares no son apropiados para una cita con mi hija:
- Lugares donde haya camas, sofás u cualquier otra cosa más suave que un taburete de madera
- Lugares donde no haya padres, policía o monjas a la vista
- Lugares oscuros
- Lugares donde haya gente bailando, de la mano, o alegre
- Lugares donde la temperatura ambiente sea suficiente como para que mi hija desee vestir pantalón corto, bañador, top o cualquier otra cosa que no sea un jersey de cuello vuelto bajo un anorak de pluma abrochado hasta la boca.
- Las películas con alto contenido romántico o sexual también están prohibidas, las películas en las que aparezcan sierras eléctricas están bien.
- Los partidos de hockey o curling están bien
Regla nº 9:
No me mientas. Puedo parecer viejo, calvo, barrigón y canoso. Pero en lo que concierne a mi hija soy el Todopoderoso y Omnisapiente Dios Master del Universo. Si te pregunto a dónde vais y con quién, solo tendrás una oportunidad para decirme la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Tengo una escopeta, una pala y cien metros de terreno detrás de casa. No juegues conmigo.
Regla nº 10:
Ten miedo, mucho miedo. Podría confundir fácilmente el sonido de tu coche en la calle con el de un helicóptero de combate acercándose sobre un campo de arroz cerca de Hanoi. Cuando faltan diez minutos para la hora en que hemos convenido que mi hija regrese a casa, las voces de mi cabeza me ordenan que limpie mis armas y afile mis cuchillos mientras espero que la traigas. Tan pronto como entres en mi calle, debes salir del coche con ambas manos a la vista. Di la contraseña para pasar el perímetro, mientras anuncias en voz alta y clara que has traído a mi hija a casa sana y temprano. Después volverás a tu coche (no es necesario ni aconsejable que entres en mi casa). La cara camuflada en la ventana soy yo. No hagas caso del pequeño puntito rojo de luz que tienes en la frente.