He visto cosas que vosotros no creeríais.
Hordas furiosas reclamando atención a gritos. Maquiavelos destruyendo capuchones plásticos de motores de garage. Bárbaros robando arandelas metálicas de seguridad de extintores. Brigadas mágicas analizando las manchas dejadas por el celo con que se pegó en el ascensor el papel de aviso para la última reunión.
He visto marcas y estigmas en la mica cerca de la puerta de Ascensör y curtidos herreros limando las llaves de acceso al portal con la aviesa intención de destrozar el bombín primigenio…. ocultos en la oscuridad impenetrable de un garage.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia… y tras ellos, sólo nos quedarán las enseñanzas aprendidas de los filósofos del lugar:
No digo que no tenga todo el derecho a hacer lo que le de la gana…
¡ pero tiene que pedir permiso a la comunidad !
¡ pero tiene que pedir permiso a la comunidad !
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